Historias, opiniones y demás vómitos intelectuales...

domingo, 15 de febrero de 2009

Efemérides: hoy hace diez años


Lunes, 15 de febrero de 1999

Eran aproximadamente las ocho y cuarto de la tarde y yo pasaba a por la Cocos para ir a mi primera clase.

Se me había ocurrido la semana anterior. Me miraba la panza y pensaba: "tengo que hacer deporte". Pero tenía que probar algo nuevo. A mí es que ir a correr siempre me ha aburrido mucho, es un coñazo. Y entonces recordé una conversación que había escuchado días atrás. Llamé a la Cocos por teléfono:

ReadOnly: Oye, Cocos.
Cocos: Dime.
ReadOnly: El otro día os estaba oyendo hablar sobre el aeróbic ese al que vais. Dicen que quema mucho.
Cocos: Mogollón.

Que el aeróbic quema, decían. Eso es porque hace diez años, si ya existía el spin-bike, nadie sabía lo que era.

ReadOnly: ¿Y puedo ir yo para probar?
Cocos: Claro, vente el lunes.

Y allí estaba yo el lunes, a las ocho y cuarto en la puerta de casa de la Cocos para ir a mi primera clase de aeróbic.

Cocos: ¿Qué tal?
ReadOnly: Bueno, vamos a ver qué tal.

O sea, "estoy cagao porque a mí los deportes nuevos se me dan fatal".

Entramos en la sala y a mí sólo me faltaba entrar cogido de la mano de mi amiga y chupándome el dedo pulgar. En cuanto entramos, el shock: cuántas chicas juntas. Yo jamás había visto tantas chicas juntas metidas en la misma habitación. Quizá si me hubiera puesto a estudiar psicología, óptica, farmacia... pero era estudiante de informática: no te digo na y te lo digo to.

Sin haberme recuperado todavía de la impresión, la Cocos me presentó a la monitora:

Cocos: Elena, éste es ReadOnly. Viene a probar.
Elena: Uy, qué bien. Un chico.

¿Cómor? ¿Un chico? ¿Esta tía ha dicho "un chico"? ¿Pero ha querido decir "un chico" como quien dice "voy a coger una manzana", con el conocimiento de que hay más manzanas con esa, o ha querido decir "un chico", siendo el "un" artículo numeral, o sea "1 chico", "uno y sólo un chico"?

Empecé a recorrer la sala con la vista, intentando descubrir algún otro hombre más... pero no. Yo era el único chico. Anda que iba a estar yo allí si hubiera sabido que iba a ser yo el único. "Dios, que vergüenza. Ahora se fijarán todas en mí porque claro, como soy el único, querrán saber cómo lo hago, y lo voy a hacer fatal, y se reirán. Eso la que no piense que he venido porque soy un salido y quiero ver culos y tetas. Que sí, que soy un salido, pero no he venido por eso..."

La clase empezó y me puse detrás del todo, esperando pasar desapercibido. Son curiosas esas situaciones en que te da la impresión de que todo el mundo te está mirando cuando en realidad cada uno va a su rollo. En aquella ocasión sólo Elena y la Cocos estaban pendientes de mí. Todas iban hacia un lado y yo hacia el contrario. Y encima la malasombra de la monitora, cuando tras mucho esfuerzo yo conseguía pillar el paso, ella iba y lo cambiaba.

Por fin terminó pasó la hora y terminó la clase. "¿Sólo una hora? A mí me ha parecido más tiempo".

Elena: Muy bien para ser el primer día.

Eso se lo dirás a todas.

Cocos: Sí, sí, de verdad.

Pero el colmo fue cuando se me acercó una chica y me dijo:

Chica: Oye, lo has hecho muy bien. ¿Tú bailas o algo así?
ReadOnly: ¿Yo? ¿Qué va?

¿Dónde está la cámara oculta? ¿Bailar yo? Si para mí bailar era como el agua para los gatos. Un tipo como yo, informático tópico, friki de manual con época heavymetalera incluida en mi currículum. Si no pisaba las discotecas y en las fiestas del pueblo me quedaba en un rincón con las manos en los bolsillos.

Y ésta es la historia de mi primer día de aeróbic, hoy hace diez años justos. Pero ya que he empezado, sigo.

¿Monitor yo?

Yo no diría que me gustó, pero volví. No sé por qué; después de diez años es difícil acordarse.

Y al cabo de un mes aproximadamente, no sé por qué, me quedé solo con Elena.

Elena: Oye ReadOnly, podrías hacerte monitor de aeróbic.

¿Pero qué dice ésta? ¿Monitor de aeróbic yo? Era una idea tan extraña, bizarra, extravagante... como si me dijeran ahora que dentro de cinco años seré sacerdote. Para el que no lo sepa, he pedido la apostasía. No me la han dado, pero yo la he pedí. Vamos, que no concebía yo la idea de verme de monitor de aeróbic.

ReadOnly: ¿Pero qué dices?
Elena: Que sí, anímate. Lo haces muy bien y además hay muy pocos chicos.

El caso es que conforme iban pasando los días la idea dejaba de parecerme tan aberrante. Por aquel entonces para mí los monitores de aeróbic eran como dioses deseados sexualmente por sus alumnas. Vamos, como si fueran estrellas de rock que señalan a la que quieren y dicen: "tú, al camerino". Y, en parte, si la idea me pareció aberrante fue, sobretodo, porque no me veía yo en ese rollo deportivo y follador. En fin, prejuicios y baja autoestima que tenía uno. Así que al pasar los días y hacérseme menos rara la idea, pensaba: "me voy a jartá de follá". Además, obtendría un reconocimiento social en ese entorno del que mi autoestima estaba muy hambrienta. Para tener sexo, sí, que era de lo que nunca he tenido suficiente según mi criterio, aunque ese es otro tema.

En resumen, que me lo pensé mejor y al cabo de unos días, aprovechando que me volvía a quedar solo con ella...

ReadOnly: Oye, Elena.
Elena: Dime.
ReadOnly: Que he estado pensando en eso que me dijiste de lo de ser monitor.

Empezó a decirme lo que tenía que hacer para sacarme el título, cómo era aquello de ser monitor, etc. Y al cabo del rato me pregunta.

Elena: Pero oye, una cosa. ¿Tu no serás flor?

Coño, ¿qué me ha dicho ésta? ¿Flor? ¿Cómo que flor? ¿Qué es eso? Estuve pensando la pregunta durante unos segundos hasta que...

ReadOnly: ¡Pues no!
Elena: Es que la mayoría de monitores que hay son gays.
ReadOnly: Jaja! No jodas. Yo pensaba que era sólo un tópico.
Elena: Pues no. Es verdad.

Y al año siguiente me matriculaba en el curso de Monitor de Aeróbic, Step y Tonificación. La cuestión es que, cuando me saqué el título en febrero de 2001 y empezaba a dar clases, me paraba a pensar en aquella tarde en que me miré la panza y pensé "tengo que hacer deporte".

Curioso cómo cambia la forma de pensar de uno. Si aquella tarde me hubiera visto en un aula con un micro pegao a una diadema, vestido de la guisa correspondiente, pegando gritos como un poseso y con más de veinte mujeres siguien mis instrucciones, hubiera pensado: "ReadOnly, tú vas fumao".

Pero, sin duda, lo más curioso de todo es...

... que nunca se me ha ido la panza.

Actualización a 19 de febrero de 2009:

He cambiado un párrafo del texto, puesto que así se lo prometí a z.

Donde ponía:

El caso es que conforme iban pasando los días la idea dejaba de parecerme tan aberrante. Aquello no estaba mal, me pagarían por hacer deporte y, iluso de mí, me di cuenta de que siendo monitor de aeróbic podría follar más. O follar más o, como poco, follar lo mismo, porque menos ya no se podía. Además, en aquella época de mi vida me hacía falta aquel reconocimiento social.

... ahora pone:

El caso es que conforme iban pasando los días la idea dejaba de parecerme tan aberrante. Por aquel entonces para mí los monitores de aeróbic eran como dioses deseados sexualmente por sus alumnas. Vamos, como si fueran estrellas de rock que señalan a la que quieren y dicen: "tú, al camerino". Y, en parte, si la idea me pareció aberrante fue, sobretodo, porque no me veía yo en ese rollo deportivo y follador. En fin, prejuicios y baja autoestima que tenía uno. Así que al pasar los días y hacérseme menos rara la idea, pensaba: "me voy a jartá de follá". Además, obtendría un reconocimiento social en ese entorno del que mi autoestima estaba muy hambrienta. Para tener sexo, sí, que era de lo que nunca he tenido suficiente según mi criterio, aunque ese es otro tema.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero la cuestión es:
¿Llegaste a ejercer como monitor?. Tengo curiosidad...

ReadOnly dijo...

Sí que llegué a hacerlo, y de hecho lo sigo haciendo.

Tuve épocas. Cuando me saqué el título aún estaba en la universidad y poco a poco fui cogiendo nivel. Llegué a ser bastante bueno, y no porque yo lo diga. Más bien al contrario, yo me resistía a creerlo pero tanto me lo decían que me lo creí. Y, de hecho, se me pagaba bastante bien así que acabé pensando que era bueno. Sobretodo en step.

Conforme terminaba la carrera ya me empezaba a cansar de aquello y terminarla fue la excusa perfecta: empezaba a trabajar de informático a jornada completa y ya no podía dar clase. Bueno, podía pero no quería comprometerme con ningún gimnasio porque sabía que más de una vez los dejaría colgados por salir más tarde de mi trabajo principal.

Pero hace poco me picaba el gusanillo y volví al tema. Ahora doy dos clases por semana. Bastante más tranquilas puesto que no estoy tan en forma como entonces y peso diez kilos más, pero no debo hacerlo mal puesto que hay lista de espera para apuntarse a mis clases.

Anónimo dijo...

Muy bueno lo del momento "tú no serás flor?". Jeje haberte visto la cara en ese momento, no tiene precio.

Enhorabuena por los logros conseguidos.

ReadOnly dijo...

Gracias por tu comentario, Thereminista frustrado.