Historias, opiniones y demás vómitos intelectuales...

domingo, 9 de marzo de 2008

Mario Luna en acción y la imagen de la Comunidad

Ya cuando conocí la Comunidad no sentía ninguna vergüenza por ello. Como dice Mario Luna en la Carta al Lector en el SexCode y como dijo Egoland en la super-conferencia del 1 de marzo en Madrid, “Felicidades, porque comprar un libro como éste o asistir a una conferencia como ésta significa que has reconocido una carencia que no es fácil de aceptar”. Y si es difícil de aceptar para uno mismo, imagina ir proclamando sin tapujos que inviertes dinero y tiempo en un método para aprender a ligar.


Como digo, cuando conocí la Comunidad no sentí ninguna vergüenza. La razón es que yo ya hacía tiempo que había empezado mi proceso de desenfruscamiento. Lo hice a través de una terapia, digamos, “convencional”, es decir, a través de una psicóloga licenciada, de las de toda la vida, a la que se le paga ciertos euros (bastantes) por una hora de consulta; por supuesto, era una terapia para dejar de ser frusco, no para convertirme en un AVEN. Si yo hubiera conocido la comunidad siendo todavía un frusco completo creo que mi reacción hubiera sido diferente, pero eso ahora importa poco.

Sin embargo, pese a no avergonzarme, tampoco lo he ido aireando. Nunca he escondido los libros (el de Style, el de Mystery, el de Mario), de modo que las personas que han entrado en mi habitación, los han visto y han preguntado, han obtenido una explicación dada con toda naturalidad y sinceridad de lo que eran. Pero la cuestión es que casi nadie que me conozca conoce la Comunidad (al menos a través de mí) y mucho menos que quiero pertenecer a ella.

Mi primera mentira vino hace un par de semanas, cuando mentí a mis padres y a todo el que quería hacer planes conmigo el sábado 1 de marzo diciendo que me iba a Madrid a un curso sobre diseño web. Para el que no lo sepa, ese día hubo en Madrid una magnífica super-conferencia sobre Juego Interno impartida por Cachondo Mental y ahí es donde fui. Dije la verdad sobre casi todo: conté que iba a Madrid, que iba a una super-conferencia, seminario, como lo queráis llamar, conté que estuvo genial, que había gente de toda España, cuál era el horario, dónde comí y dónde se impartió; sólo mentí en el contenido de la conferencia: dije que era diseño web.

Haber mentido instintivamente a los que me rodean cuando yo nunca había ocultado activamente mi pertenencia a la Comunidad me hizo preguntarme por qué lo estaba haciendo. Me planteé que a lo mejor sí sentía vergüenza por tener que ser adoctrinado en esto de atraer mujeres pero me dí cuenta de que no era así. Mentí porque no me apetecía soportar cierto tipo de preguntas ni comentarios. Yo ya presentía que la Comunidad podía no ser percibida con mucha seriedad por mucha gente. Supongo que el primer indicio fue ver a Mario Luna en un video parando a una chica en la Plaza de San Lorenzo de Valencia diciendo “Yo soy públicamente conocido por vender motos a lo largo y ancho del país”. Eso me hizo pensar que alguien le había acusado de vendemotos. Otro día, por ejemplo, mi hermano ojeó unas páginas del SexCode y sentenció: “Vaya chorrada, para esto no hace falta comprarse un libro”. A lo que yo pensé, “no te jode, tú eres un natural, pedazo de cabrón”.



Y supongo que por esto algo en mi interior ya preveía lo que tendría que aguantar en caso de decir la verdad y dije a todo el mundo que iba a un curso de diseño web.

Pero anoche volví a confirmar la imagen que la gente tiene de la comunidad.

Día: Domingo 9 de marzo de 2008
Hora aproximada: 2:00 a.m. (o sea, la noche del sábado)
Lugar: Pub Akuarela, calle Juan Llorens, Valencia

Había llegado allí con mi amiga Jessi (TB 7) una media hora antes, el local no muy lleno, nos habíamos pedido sendos cubatas y nos habíamos posicionado al lado de la cabina del DJ. He de decir que Jessi no es un Objetivo, ni RE, ni REM, es sólo una amiga de hace tiempo. De hecho, allí nos encontramos con su novio, que también es buen colega mío y había salido de fiesta con sus compañeros de trabajo.

Pues como digo, se habían hecho las dos y poco, el local ya estaba bastante lleno y allí que nos hallábamos bailoteando Jessi y yo. De repente aparece él, a metro y medio escaso de mí.

“Coño, es Mario Luna. No, no puede ser, Mario es más alto. Bueno, no sé, al fin y al cabo sólo lo he visto en videos y a lo mejor en los videos parece más alto. Joder, claro que es él.” Y por si me quedaba alguna duda, se para delante de una TB que había delante de mí y con sólo 15 segundos de conversación le da un beso en la comisura de los labios. Quizá fuera un pico, pero no lo vi bien porque la muchacha estaba de espaldas a mí. Entonces ya no tenía ninguna duda.

¿Qué miras? preguntó Jessi.

¿Ves a ese tío? le pregunté yo.

Sí.

Pues es uno de los mejores seductores de España. Puede que el mejor. Desde luego es el más famoso.

Jessi hizo una mueca como de “ya ves”. La verdad es que me cortó un poco. Debí haberlo imaginado, no puedo esperar que todo el mundo sienta la admiración que siento yo por los seductores. Mario pasó de largo y al cabo del rato volvió con un ala, alto, moreno, con el pelo largo (o quizá Mario fuera el ala, quién sabe). Abrieron un doset justo enfrente de mí y en unos minutos Mario ya cogía la mano de su objetivo (alguna rutina de manos). Luego cada vez más kino y la lástima es que no vi el cierre. Me fui un momento a hablar con mi amigo (el novio de Jessi) y cuando volví Mario y su compañero se habían esfumado y el doset volvía a estar solo con los móviles en la mano.

Durante todo el proceso intenté no perder detalle. Jessi también miraba y cuando veía el kino que ya estaba llevando Mario con su objetivo decía “qué fuerte”. Y yo me decía a mí mismo: “me gustaría saber qué es exactamente lo que está indignando a Jessi”.

Al cabo de un rato nos cansamos y los tres (Jessi, su novio y yo) nos encaminamos hacia nuestros coches.

Jessi seguía con esa actitud mezcla de incredulidad, indignación y menosprecio hacia lo que acababa de ver. ¿Por qué? No lo sé. ¿Por celos? ¿Por que en el fondo sabía que un chico podía acercársele en un local y seducirla y se sentía manipulada, vulnerable?

Entonces iba diciendo Jessi éste se le ha acercado y ha dicho “Hola, soy Mario Luna, uno de los mejores seductores de España”?

Jessica respondí, te aseguro que si se acerca y dice eso tiene pocas probabilidades de conseguir nada.

Mentía. Hace unas semanas ese abridor me hubiera parecido suicida pero después de oir a Egoland en la conferencia de Madrid ya todo me parece posible. De todos modos le comenté a mi amiga el método que creía que había seguido Mario.

Supongo que habrá abierto con algún comentario más suave, que no ponga a la chica en guardia, tipo “perdona, estoy haciendo una encuesta electoral”.

Aaahhh asintió Jessi, mostrando que eso le cuadraba más.

Luego habrá ido avanzando continué. ¿Has visto cuando le cogía la mano a la chica? Seguramente estaba haciendole algún jueguecito rollo “voy a leerte las líneas de la mano”. Así la va llevando a un estado psicológico donde se encuentra más receptiva a más contacto físico y así...

Jessi no dijo nada. Miraba al suelo con una media sonrisa, como pensando que era un buen método, quizá pensando que de esa manera también la hubieran seducido a ella.

Este tío, Mario Luna, hace años no se comía un rosco. Hasta que se le llenaron las bolas y empezó a investigar para convertirse en lo que es hoy.

¿Y para eso hace falta investigar?

“¿De verdad todo el mundo encuentra todo esto tan básico cuando para mí ha supuesto una revelación?”, pensé.

Antes cuando estaba con mis compañeros empezó a contar el novio de Jessi, había una chica en el pub que estaba sola. Nos hemos dado cuenta que al lado había un grupo de chicos mirándola. Se le ha acercado uno con aires de chulito y al rato estaba la tía con cara de “qué pesao”. El tío ha vuelto con su grupo como diciendo con la cabeza “no hay nada que hacer”. Luego se le ha acercado otro del grupo y lo mismo.

Y mientras mi amigo contaba eso yo pensaba: “¿Y me estáis preguntando si hace falta investigar para aprender a seducir?”

Y anoche recordé por qué hace dos semanas empecé a mentir diciendo que iba a Madrid a un curso de diseño web. Tengo esa sensación de que sólo me van a comprender los otros miembros de la Comunidad.