De fakes y televisiones...

Dicen por ahí que Xabier Horcajo ha quedao como el culo. Bueno, unos dicen eso y otros dicen que el Gran Wyoming es el demonio. Y algunos pocos dirán las dos cosas.

Las cosas como son. Wyoming se la ha metido doblada. Se la ha colao, usando sus propias palabras. La idea, maquiavélica, y la ejecución, perfecta. Vamos, para quitarse el sombrero. Y con dos cojones, porque el tiro le podía haber salido por la culata si los de Intereconomía TV llegan a saber la verdad antes de morder el anzuelo, Wyoming hubiera quedado un poco en ridículo... Bueno, sin el "poco".

Pero el señor Horcajo picó. Y no contento con eso, la explicación que dio en "El Gato al Agua", en lugar de servir para arreglar algo, si es que hay algo que se pueda arreglar, ha servido para cubrirse aún más de gloria. De todos modos, este post no es para hablar de esa explicación del señor Horcajo, llena de falacias ad hominem propias de un niño de siete años, que le ha dejado más en ridículo de lo que ya estaba.

La cuestión es que todo este embrollo me ha traído a la memoria el famoso boleto de lotería inventado por el señor Jordi Evolé, alias el Follonero. No es que yo vaya a arremeter ahora contra los señores que fabrican fakes para que todos los españoles nos los traguemos con patatas, Dios me libre, pero no puedo evitar esa sensación como de que se me queda un regusto amargo.

A ver si me explico. Digamos que yo a Wyoming no le pondría un 10 por todo este circo. Lo dejaría en un 9'9. Como ese videojuego que logramos terminar y sentimos la satisfacción del trabajo bien hecho peeeeeero... ays, tuvimos que consultar una cosiiilla en Internet sobre un punto del juego en el que nos habíamos quedado atascados.

Eso por parte de Wyoming, tomando su caso por separado. Pero salvando las del Follonero y ésta de Wyoming, si se va a extender la costumbre de hacer montajes para ganar audiencia, pues como que no. Llámenme estirado.